Juan Manuel de Prada (Religión en Libertad) A los seres humanos nos obliga el deber de preservar la Creación que nos ha sido confiada por Dios y que, al final de los tiempos, habrá de encontrar su plenitud. Somos titulares de un “dominio justo” sobre ella; y ese dominio, para ser justo, tiene que estar regido por las obligaciones de respeto venerable que merece toda obra salida de las manos de Dios.
Pero este “dominio justo” que el hombre ejerce sobre la Creación ha sido adulterado por ideologías en apariencia antípodas pero íntimamente complementarias que, tras romper esa relación privilegiada que une al hombre con la Creación, acaban encumbrándola en un altar o, por el contrario, expoliándola. En su encíclica Caritas in Veritate, Benedicto XVI nos advertía contra el peligro de estas ideologías sombrías, que crean “graves antinomias” en el pensamiento, haciendo añicos nuestra capacidad de discernimiento moral.
[CONTINUA]
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